¿Cómo fue que llegamos
hasta aquí a punto de recibir un documento
que representa nuestros conocimientos?
¿Cómo es que estamos aquí
inundados de felicidad y satisfacción
no solo de familiares y amistades,
sino además del empuje de aquellas generaciones
que derrumbaron muros
mucho antes que nosotros?
Estamos aquí, sí,
y cada quién sabe su cómo, su drama personal,
pero estamos aquí
entre compañeras, compañeros,
a punto de completar un destino
que a su vez nos llevará a otro y otro
y muchos más de alegrías y éxitos...
Porque no basta solamente
lo de hoy
no
no basta completar este ciclo
antes difícil
porque podemos alcanzar más
mucho más ...
¿Acaso no nos lo pide el abuelo
que fue paralizado por la migra,
murió decaído en el arado
o fue repatriado a un cielo
ilusionado,
a través de nosotros,
por ingresar a una biblioteca
gozando de los libros y la sabiduría?
¿Acaso no lo exigen las incontables
horas extras de un padre obrero campesino,
las levantadas tempraneras
de la madre azuzándonos
--a veces chancla en mano--
semestre tras semestre,
a llegar puntual a la clase de las siete?
¿Acaso no podremos aspirar a más
si superamos traumas,
broncas y acosos padecidos
en el barrio, o allá en el sur,
los conflictos de alguna familia caótica
y disfuncional que no nos dio
el espacio adecuado
para despuntar a tiempo
toda nuestra inteligencia
entre los llantos del hermano menor?
Sí, ¡podemos derrumbar otras fronteras!
Porque nosotros somos aquellos infantes
que desde el kínder garden
soñamos en español llegar a las estrellas,
al puesto de gerente
profesora de prepa o de colegio,
abogada, traductor,
incluso ingeniera de naves y de puentes,
bioquímico y enfermera,
doctor o juez,
todos en defensa
de los que vienen o quedaron atrás,
olvidados, explotados, violados,
en algún “fil”, el campo agrícola,
en la fábrica infernal
o salieron malheridos al cruzar el desierto...
Sí, nosotros somos aquellos
a los que les gritaron
y escuchamos atentos:
“¡Sí se puede,
a esto hemos venido!”
y al fin, hoy,
lo logramos!
Y ahora ya no hay límites
con este diploma
podemos ser gobernadores,
presidentes, jefas de jefas,
inventores de máquinas solares y de tecnología verde,
líderes sociales sensibles a lo nuestro...
Sí, es verdad
que somos el primer graduado
la primera graduada de la universidad entre la parentela,
o somos la segunda o el tercero,
y desde esta intensa felicidad
la aprovecharemos para ir por más...
porque ya no importa tanto
que hayamos malcomido en los últimos meses
no haber ido a una o dos fiestecitas
no importa ya si compré libros usados
si vivimos apretados en un departamento diminuto
haber enfrentado el tráfico pesado
pagado el carísimo parking
nerviosos por el final paper...
Eso ya no importa ahora
como tampoco
haber incomodado al profesor
con un inocente “copy and paste”,
hacer una trampita en el examen Online
una travesura provechosa en la pantalla Zoom
porque fuimos la generación de la pandemia
ya no importa tanto
no haber ido a las horas de oficina
haber sacado C que me sabe a una A
una A que es como A+
haber faltado dos o tres veces a clase
contagiados o inventando padecer el Covid
y llegar tarde ante la mirada de todos en el aula...
Lo que en verdad importa
es el hoy
el hoy mismo y aquí,
a punto de desfilar por nuestro certificate
para luego salir de este recinto,
despedirnos de todos con abrazos y lágrimas
contentos
a festejar sin pausa, sin parar,
pero solo durante unos cuantos días
porque después
habremos de recordar los sacrificios,
cómo es que
lleguemos hasta aquí…
habremos de hacer brotar
de nuevo aquel niño
aquella niña
que le decían
“yes you can”
“sí se puede”
para de nuevo soñar
en derrumbar los muros y fronteras del futuro,
volver a construir
otra vez
nuevos destinos imposibles
como el que conseguimos hoy!...
Leído frente a los graduados y graduadas de origen mexicano y latinoamericano en la Fitzpatrick Arena, en CSU-Stanislaus, Turlock, California, 21 de mayo de 2022...