Como un meteorito
encuentra su reposo sin hacer daño alguno
como garganta feliz que sacia
la sed más prolongada
como la sombra voltea sin importar
el cuerpo que la emite
o alcanzar el último
escalón de una escalera mal subida
ser el primero en cruzar la vía
después del paso lento de un tren inabarcable
como reposa el motor al sacar
la llave que lo enciende
como el maestro entrega las notas finales
del semestre postrero de su vida
el beso que nos dan
nada más porque llegas, porque existes
un chapuzón en la única alberca del verano
descansar exhausto junto al lavaplatos
al terminar de lavar la totalidad de la vajilla
ese billete encontrado en la banqueta
cuando el bolsillo permanecía bien vacío
o amanecer solitario en una recámara blanca,
limpia y olorosa sin saber la causa
como el dulce sabor
del primer pérsimo de octubre o de noviembre
encontrar disponible una mesa en la cafetería atestada
y así podría seguir al infinito
sin pausas ni limitaciones
tan solo para significar qué siente uno
llegar por fin a tu destino,
el único, el definitivo,
después de atravesar muros,
barreras y fronteras
las que nos atraparon
las que intentaron reducirnos a cenizas
las que nos sedujeron siempre
las que sin sospechar ni saber nada
nos tenían por entero muy bien esclavizados…