Demasiado
en el pecho demasiado
los sentidos clavándose en la vida
los escombros sin pausa.
Demasiados
los relatos que se agolpan
la sonrisa reprimida
el latir de una semilla.
Demasiados
los cantos inconclusos
la bomba en un oído
el triturar de huesos
el escape de tus labios.
Demasiados
los rostros olvidados
la locura amamantada
la existencia sumergida
el latir de la metrópoli.
Demasiado
el enredo de la noche
los besos del engaño demasiados.
Las cabezas degolladas
el poder que nos imponen
la pasión sin ninguna inteligencia...
Demasiado
Demasiado
que había que decirlo
acribillando hojas hasta el fin...