[Tánger, Marruecos]
Estuve platicando con mitos y leyendas
cuando el amor al viaje renacía entre torreones árabes,
escaleras romanas, los túneles de Hércules
y caracoles fenicios casi intactos…
Estuve indagando el más perfecto albergue
y valorando túnicas,
seducido por dátiles, higos y aceitunas
arrancados como del paraíso
hasta los callejones amantes del bullicio…
Estuve protegido por mezquitas,
palabras amables a veces entendibles,
a cada hora que comenzaba el rezo
pero sin contraer ni un ápice
lo que la travesía aún esconde para mí…
Estuve oliendo vida,
el perfume de hermanos,
dejando mis neuronas en sus peluquerías
envuelto en la sensualidad de los telares
y con alfombras todavía sin volar…
Estuve así,
acosado por infantes que embisten al turista,
mis huellas sobre el Mediterráneo unidas al Atlántico
y consumía alimentos sin alcohol,
tés vespertinos que también alucinaban
como si aquellos dioses ofrecieran un elíxir
del cual probar por una sola vez,
una sola, en día de mercado,
a fin de recibir esa discreta y punzante
sonrisa de mujer,
únicamente para mí, veloz y en secrecía,
casi imperceptible
su sonrisa
entre un velo medialuna
y su atuendo de señora
invitándome sin más a probar sus miles de misterios...
(*) Del poemario Poecrónica en las urbes. Proyecto Editorial Los Zopilotes, 2015. Antigua Guatemala,
Guatemala: Edición artesanal. Más información en este mismo portal:
http://manuelmurrietasaldivar.com/libros/poecronica_en_las_urbes.html