"Poecrónicas"

--Columna Semanal--

MI AMOR, LAS TORRES HAN CAÍDO (*) - 10.09.2021

Por Manuel Murrieta Saldívar

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Llegando a Nueva York en un vuelo del año 2016. Del archivo personal del autor
Llegando a Nueva York en un vuelo del año 2016. Del archivo personal del autor.


  •            La mañana del 11 de septiembre de 2001 me levanté y encendí la televisión como de rutina para escuchar las noticias mientras me alistaba… cepillo de dientes en la boca. De inmediato me paralicé al percibir las primeras imágenes y escuchar la decripción de los ataques a las torres gemelas. Ese día, y los inmediatos subsiguientes, la nación se paralizó y entre el revuelo de las interpretaciones logré escribir esta reflexión tipo crónica de lo que sucedió hace ya 20 años visto desde mi recámara y mi casa en Phoenix, Arizona…

               Buenos días, mi amor, las torres han caído…Y el cielo se encuentra solitario, no hay aviones por primera vez en todo un siglo ni tampoco programas mañaneros que despierten a "América". Buenos días, mi amor, vente a la tele, mira qué maravilla de incendio urbano nos levanta, con columnas de smog y lengüetazos de lumbre... son las simples noticias de todas las mañanas. Si, ¿quieres café en la cocina o en la cama?

               Buenos días mi amor, deja tu libro y mira de nuevo, que el terror amanece. Coge el control, definitivamente, frótate los ojos y pégate a la tele como nunca antes. Buenos días, ¿de qué se trata? Será jornada larga, están violando al país en pleno día; la venganza en la bolsa va a la alza, los odios se cotizan a gritos de secuestro, ¡nuestra civilización sufre un asalto! Buenos días, mi amor, ¿qué te dicen tantos rostros, tantos filtros? Son las cámaras del mundo que hipnotizan, que te van a saciar durante mañana, tarde y noche, durante meses y años venideros, que traerán hasta el hartazgo el espectáculo en vivo de los ataques provenientes del oriente.

               ¿Te acuerdas de las torres de Manhattan más altas que el Empire State? ¿Las que fotografiaste en tu primera visita?... ah, ¡pues ya no existen!... ¿Recuerdas sus líneas rectas, como aluminios dúctiles, vidrieras azules que estiraron tu cuello desde abajo?... ¡Ya yacen retorcidas!...

               Sí, esas dos columnas igualitas que alcanzaban a Dios con el dinero del mundo, que Lorca poeta en Nueva York no sospechó, que te hacían creer que quedarían, cual restos de pirámides, para arqueólogos de los nuevos milenios... ¡adiós, hasta la vista, no existen ya para ningún turista! Y déjate de profecías, de Nostradamus, de guerras frías y exóticas supersticiones, nada de eso, mi amor, sólo dos jets normales las sacudieron desde las antenas hasta el suelo. ¿Y cómo fue? ¿Un accidente?

               ¿Cómo se subieron terroristas?... Mi amor, no te responderán justo al momento, es muy temprano, primero darán pistas, los niños que festejan con caramelos en la Palestina ocupada pudiera ser una respuesta; luego descartarán a los narcos colombianos con sus conexiones en Miami, aunque muy bien pudieron haber sido los parientes de Thimoty McVeigh, el de Oklahoma, inventando nuevas fórmulas para la autodestrucción y, finalmente, hay la certeza del señor árabe que vive en Afganistán con cuatro esposas.

               Te lo digo, mi amor, en realidad no están confusos, bien saben hacia dónde lanzar el contraataque, la venganza que resuelva el misterio y ya, tranquila, todo volverá a ser como antes, el "everything is in its place" será muy rápido... porque la información ya es muy certera, mi amor, sí, en efecto, son 3 mil los que desaparecieron con las torres, 800 en la fortaleza del Pentágono del superejército y 240 con boleto pagado para morir en los 4 misiles genocidas.

               Las cajas negras, archivos de espionajes y radares, todo ya ha sido registrado, mi amor, ya todo es conocido, la calma volverá…pero lo que nosotros debemos de saber no es tanto eso, mi amor, sino que todo es proporcional, todo regresa, ¿no todo lo que sube tiene que bajar? ¿también se aplica aquí la ley causa y efecto? Sí, todo se corresponde, mi amor: la magnitud del acto terrorista te dice el gran poder de destrucción que despierta esta nación.

               ¿Por qué? ¿Por qué hacen esto?... espera, te lo digo, todo lo saben, el humo se despeja, los teledirigibles encuentran perfecto el blanco en Medio Oriente, hay que entender que desde aquel 11 de septiembre, mi amor, el norteamericano vive ya en otra nación, mi amor, perdida su inocencia, sabedor de consecuencias, es otro país dentro del suyo propio, porque sufrieron al fin la respuesta de los monstruos que han creado, mi amor, ahí, directamente ahí, en la antes intocable y ahora mutilada Nueva York... mi amor...

    (*) Del libro La gravedad de la distancia. Historias de otra Norteamérica. Editorial Garabatos. Hermosillo, México, 2009. Más información en:

    http://www.manuelmurrietasaldivar.com/libros/la_gravedad_de_la_distancia.html

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