I
Siempre que llego aquí
reinicio el desgaste acelerado
de mis pies
debido a las largas caminatas
que me esperan por rutas vírgenes o resucitadas
que no me dan descanso…
A veces es la seducción
de un museo nuevo o repetible,
en otras es el descubrimiento
de un hogar amistoso o familiar
y mercados públicos
plagados de colores y mundos de artesanos.
II
Siempre que estoy aquí
mis ojos se renuevan,
saltan curiosos
debido a la inundación de novedades
o porque alguna tragedia humana o natural
los provocó de súbito.
Ayer mismo fui testigo
de los milagros insistentes de la fe
pero a la vez, ahí enfrente,
pude ser embaucado por tres ladrones
escapándome a tiempo
debido a la intuición que ahora desarrollo.
III
Siempre que permanezco aquí
por días enteros, largos o cortos,
sucede lo inconcebible
como, supongo,
escribir al menos un poema
o este mismo texto
que me atraviesa emocionado,
escapa de mi cabeza,
mueve mis dedos
para sacar siquiera
la punta de legiones de vivencias
acumuladas en 24 horas o en algunos centenarios.
IV
Siempre que regreso desde aquí
percibo unas partículas de mi cuerpo,
de mis otros yos,
separándose de mí
queriendo permanecer aquí,
me atan
me jalan
deciden quedarse
aunque sea en fragmentos
mientras otros seres abstractos,
o lo que queda de mí y mi conciencia,
parte de nuevo
hacia otras latitudes que aún me acechan
y piden que las visite sin dudas y sin pausas…
Ciudad de México, julio de 2023